Reflexiones sobre el movimiento Maker

Estoy siguiendo con interés el MOOC sobre cultura Maker en el aula organizado por el INTEF. Una de las cosas que más me ha llamado la atención es una de las frases del “Manifiesto del movimiento Maker” creado por Mark Hatch: 
“La filosofía Maker prepara a las personas a resolver problemas no anticipados que no podemos imaginar”
Creo que, desde el punto de vista educativo, este punto conecta con uno de los principales problemas que tenemos que tratar: formar a personas incorporarse a un mundo que estará lleno de tecnologías que aún no existen, muchas de las cuales tendrán que trabajar en profesiones que aún no existen y para las que, por tanto, no podemos prepararles de una manera específica. La filosofía que hay detrás de este movimiento, esa necesidad de jugar creando, lo convierte en una herramienta muy potente para dar respuesta a esta necesidad.


Quería poner de manifiesto otro aspecto que no aparece en los contenidos del curso, pero que me parece importante. Desde hace algunos años, empieza a ser preocupante la disminución de estudiantes que eligen realizar estudios STEM (relacionados con las áreas de Ciencias, Tecnología, Ingeniería o Matemáticas), déficit que es aún más acusado en el caso de las mujeres (si exceptuamos los estudios que tienen que ver con las ciencias de la salud o la docencia). Esta tendencia contribuye a aumentar la brecha de género, pues estas profesiones están entre las más demandas y por tanto mejor retribuidas, y la perspectiva es que esta tendencia crezca en el futuro. Esta realidad está provocando no pocas iniciativas (véase por ejemplo chicaSTEM).

Partiendo de la idea de Dale Dougherty en su charla TED de que todos somos Makers, de que es una tendencia connatural al ser humano, sin diferencias de género, lo que revelan también las encuestas internacionales de evaluación de educativa que no aprecian diferencias significativas en edades tempranas de escolarización, ¿no podría contribuir esta perspectiva Maker a aumentar el interés de nuestros alumnos por estas ramas del conocimiento, y contribuir a disminuir esta diferencia de género?

Nunca he sido el típico "manitas" amante del bricolage, pero en otros aspectos, en particular el tecnológico, no me he conformado con las cosas que me venían dadas, y he intentado desentrañar y crear por mi mismo, como un perpetuo novato. Cualquiera que haya sufrido esta fiebre, sabe que la satisfacción de hacer las cosas por uno mismo, y de enseñar a hacerlas o compartir ese conocimiento, es en efecto uno los ragos esenciales de ser humano.





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